Hace unas semanas, el programa divulgativo Informe Semanal, de Televisión Española (TVE), emití­a un reportaje titulado Una universidad de altura. En él se hací­a referencia a la cada vez más estrecha relación existente entre los ámbitos académico, investigador y empresarial. Asimismo, se intentaba reflejar el proceso de colaboración desarrollado para favorecer la consolidación de un sistema educativo basado en la apuesta por la I+D, la transferencia tecnológica y la formación internacional.
El ví­deo muestra algunos de los avances cientí­ficos y técnicos que están llevando a cabo en los diferentes Campus de Excelencia Internacional que existen en nuestro paí­s, como el Universitario de Cantabria o el Campus de Excelencia Agroalimentario (CEIA3), en el que participan cinco universidades andaluzas (Almerí­a, Cádiz, Córdoba, Huelva y Jaén), varias entidades privadas y el propio Instituto de Agricultura Sostenible (IAS-CSIC). En este caso, se muestran algunos de los proyectos desarrollados en este centro vinculados al riego deficitario y la teledetección de estreses térmicos.
Otras entidades que también aparecen en el reportaje son el Centro de Investigación y Calidad Agroalimentaria Valle de los Pedroches (CICAP), el Instituto de Hidráulica de Cantabria o el Instituto de Biomedicina y Biotecnologí­a (IBB-TEC), centro mixto del CSIC que colabora con la Universidad de Harvard en un programa de simulación médica.
Una vez más, se insiste en potenciar la especialización como fórmula para mejorar la excelencia de los centros educativos superiores, buscando nuevas ví­as de financiación a través de una mayor colaboración entre el sector público y el privado, con la investigación aplicada como principal referente. Se trata de promover un acercamiento de la universidad a la realidad, considerando el conocimiento como motor clave para el desarrollo social.
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