Resumen ofrecido por el Dr. José Olivares Pascual.
El nitrógeno, como el nutriente más importante para las plantas después del agua, es aplicado en cantidad importante en agricultura intensiva para conseguir altos rendimientos. La utilización masiva de los fertilizantes nitrogenados lleva consigo un importante efecto deletéreo ambiental como consecuencia de la contaminación de las aguas subálveas, por un lado, y de su sí­ntesis, por otro.

El método Haber Bosch, por el que se están obteniendo más de 100 MT/año de amonio es altamente consumidor de energí­a que conlleva la liberación de millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. Independientemente de esto, el nitrato en el suelo puede ser pábulo de los microorganismos desnitrificantes que dejan libre óxido de nitrógeno (N2O) de alto GWP (Potencial Global de Calentamiento) que, junto con el CO2 procedente de la sí­ntesis, representan un papel importante en el efecto invernadero.
Todo esto hace que haya movimientos dirigidos a llamar la atención sobre el abuso de este tipo de fertilizantes (Declaración de Edimburgo sobre el nitrógeno reactivo) o a promover la investigación sobre la posibilidad de obtener plantas no leguminosas capaces de utilizar el nitrógeno por sí­ mismas o en asociación con bacterias fijadoras (Bill and Melinda Gates Foundation).
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