Reseña de seguimiento del 6º Congreso sobre interacciones multitróficas en suelo
La última sesión plenaria del congreso estuvo dedicada a analizar de qué manera los nuevos enfoques biotecnológicos pueden ayudar a la comunidad cientí­fica a entender mejor las interacciones multitróficas del suelo. Aproximaciones transversales como la modelización matemática pueden ampliar el espectro de este estudio, más allá del enfoque exclusivamente metodológico y experimental.
De esta forma, el Dr. Christopher A. Gilligan, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), se referí­a a cómo el uso de modelos matemáticos puede ser de utilidad para el diseño de estrategias de control de enfermedades más eficientes, dado que es posible predecir las probabilidades de éxito o fracaso del método a aplicar. Se trata de un conjunto de herramientas útiles para analizar los efectos de las estrategias de control ante enfermedades que presentan patrones dinámicos de la actividad de infección. Es un sistema que trata de aunar la interpretación biológica con los modelos matemáticos a través de herramientas como los modelos predictivos, capaces de determinar el comportamiento de determinados patógenos así­ como su sensibilidad ante posibles tratamientos quí­micos, biológicos o uso de resistencia genética. Dichos indicadores pueden gestionar datos procesados según parámetros como los niveles de inóculo y persistencia de los patógenos (riesgo de transmisión, persistencia de la infección, etc,), ofreciendo información precisa para el control y prevención de enfermedades.
 
Estos métodos fueron puestos en práctica en el control biológico de enfermedades como las causadas por los hongos fitopatógenos Sclerotinia spp. en lechuga; y Rhizoctonia solani, en trigo de invierno. Estos microorganismos que fueron combatidos€ con sus antagonistas Sporidesmium sclerotivorum, y Trichoderma spp.; respectivamente. €œEn ambos casos, se puede decir que existe un equilibrio entre la actividad parasitaria y la saprotrófica, ya que los periodos de mayor control coincidí­an con aquellos en los que habí­a un incremento del número y la persistencia de los antagonistas microbianos€. Asimismo, también se tuvieron en cuenta condiciones como la influencia de la variabilidad ambiental o la aleatoriedad de la distribución de inóculo. El método demuestra que aplicar el agente de biocontrol en un número crí­tico de sitios, muy por debajo de los ocupados por las plantas infectadas, es suficiente para prevenir posibles invasiones por parte del patógeno y generar epidémias, resalta este investigador.
Intervención del Dr. Christopher Gilligan (ví­deo)
Por otro lado, el Dr. Javier Tamames, del Centro Nacional de Biotecnologí­a (CNB-CSIC, Madrid), habló sobre las diferentes herramientas que desde el campo de la biotecnologí­a y bioinformática se han ido desarrollando en los últimos años para el estudio de las comunidades de bacterias. Ofreció algunos ejemplos prácticos de las nuevas técnicas de secuenciación genómica y metagenómica, que permiten obtener abundante y precisa información sobre la composición de estas comunidades y sus perfiles funcionales. Según este experto, €œcompletando estos datos con otros procedentes de diferentes tecnologí­as como la transcriptómica o la metabolómica, se podrí­a avanzar en la caracterización de las poblaciones bacterianas a nivel global€, lo cual abre numerosas ví­as para el estudio de las interacciones multitróficas en el suelo.

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