La agricultura intensiva busca conseguir la mayor cantidad de productos en el menor espacio posible. Para ello, se hace un uso intensivo de la energía, agua, productos fitosanitarios y semillas. Además, utiliza más capital y mano de obra. Ciencia y tecnología trabajan para que este tipo de agricultura saque el máximo partido con el mínimo impacto en el medioambiente.
Hoy, el afán por la intensificación ha dado paso a una mejora de la eficiencia. Gracias a los avances de la ciencia y de la tecnología, se busca sacar el máximo partido a los recursos y conseguir que el impacto medioambiental sea mínimo.
Compartimos el enlace al interesante artículo publicado recientemente en el Blog Sostenibilidad de BBVA en el que Francisco Villalobos, catedrático de Producción vegetal del Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba e investigador del Instituto de Agricultura Sostenible del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, nos cuenta qué es la agricultura intensiva y cómo este concepto ha ido cambiando a lo largo de la historia