Tiene lugar en Túnez la reunión de inicio del proyecto europeo MEDILEG que coordinará durante 3 años las actividades de diversos grupos de investigación de España, Francia, Italia, Portugal, Marruecos, Argelia, Túnez y Egipto. El proyecto, enfocado a estudios agronómicos y biotecnológicos para la revalorización de las leguminosas es el único del programa que se coordina desde España.
Diego Rubiales Tunez-Gijon-Brus
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La agricultura europea necesita cultivos proteaginosos para reducir la dependencia de las importaciones de soja y para diversificar las fuentes de proteí­na y adaptarlas a los diferentes usos. Además, las leguminosas juegan un papel beneficioso en las rotaciones mejorando la fertilidad de los suelos al fijar el nitrógeno atmosférico. Estas caracterí­sticas convierten a estos cultivos en componentes esenciales de la denominada agricultura sostenible. Sin embargo, Europa sufre hay un déficit crónico de un 70-80% de proteí­nas de origen vegetal para su uso en alimentación animal, lo que se agravó con la crisis dela Encefolopatí­a EspongiformeBovina (mal de las vacas locas). Además, de su uso para la fabricación de piensos, las leguminosas juegan en papel fundamental en la dieta mediterránea.
Sin embargo, a pesar de estas ventajas y de la necesidad real de cubrir el déficit de proteí­nas vegetales, el cultivo de las leguminosas ha seguido una continua tendencia decreciente en los últimos años en Europa y en los paí­ses vecinos del Norte de Africa. La inestabilidad de los rendimientos y la insuficiente inversión en investigación y desarrollo de variedades adaptadas a las nuevas prácticas agrí­colas nos han llevado a una caí­da de la producción. Esto nos lleva a una dependencia de las importaciones para satisfacer el consumo interno. A pesar de las excelentes calidades de nuestras leguminosas la bajada de nuestras producciones hace que  consumamos garbanzos importados de Méjico y Turquí­a, lentejas de Canadá, judí­as de Argentina o soja de Brasil, solo por mencionar algunos casos. Esto no solo ocurre en Europa, sino que Egipto, por ejemplo, se ve forzado a importar habas para satisfacer su demanda interna. Este continuo descenso del cultivo de las leguminosas en Europa y la cuenca mediterránea contrasta con los recientes incrementos espectaculares en paí­ses que no tienen la tradición de consumo de leguminosas como son Canadá y Australia que se han hecho de las leguminosas una exitosa industria de exportación.
Los diversos paí­ses, así­ como la Unión Europeason conscientes de la necesidad de potenciar el cultivo de las leguminosas para reducir la dependencia externa. En este contexto, se ha iniciado el proyecto MEDILEG que coordinará durante tres años las actividades de agrónomos, fitopatólogos, fisiólogos, quí­micos y mejoradores de España, Francia, Italia, Portugal, Marruecos, Argelia, Túnez y Egipto para aunar esfuerzos para contribuir a la revalorización de las leguminosas en la agricultura mediterránea. El proyecto, coordinado por el Profesor de Investigación del IAS-CSIC Diego Rubiales (diego.rubiales@ias.csic.es) se encuadra dentro de la ERANET-FP7 ARIMNET (Coordination of Agricultural Research in the Mediterranean Area, www.arimnet.net) y es el único del programa que se coordina desde España.

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